fbpx
7 mitos sobre el ahorro de combustible

El costo actual de los combustibles y consumibles por la pandemia, y sus devastadores efectos en la contaminacion suelen generar tendencias para intentar maximizar el ahorro, pero muchas de estas recomendaciones a veces no tienen fundamento o tan solo son malinterpretadas.

  • Cambia de marcha lo antes posible. Por ejemplo, no hace falta esperar a 3.500 rpm para cambiar de marcha en un gasolina, o más de 2.000 rpm en un diésel. Se puede cambiar de marcha desde 2.500 rpm (en un gasolina).
    En los vehículos con cambio automático, de hecho, la gestión electrónica ya efectúa esos cambios. No es raro ver como a 60 km/h algunos modelos ya van en quinta o sexta a velocidad constante, pero también es verdad que reducen de marcha muy rápidamente si hace falta.
    Eso sí, un cambio manual nos obligará a cambiar muy a menudo de marcha para ir siempre en el régimen más óptimo. Y nunca llegaremos al mismo nivel de rapidez y control que la gestión electrónica de un cambio automático. En los vehículos con cambio automático, de hecho, la gestión electrónica ya efectúa esos cambios.
    No es raro ver como a 60 km/h algunos modelos ya van en quinta o sexta a velocidad constante, pero también es verdad que reducen de marcha muy rápidamente si hace falta. Eso sí, un cambio manual nos obligará a cambiar muy a menudo de marcha para ir siempre en el régimen más óptimo. Y nunca llegaremos al mismo nivel de rapidez y control que la gestión electrónica de un cambio automático
  • Poner en neutro la transmisión en una bajada. En este caso, no solamente es un auténtico mito, sino que además es muy peligroso. En términos de ahorro de combustible, el motor estará en ralentí, por lo que seguirá consumiendo; el ahorro será insignificante. Y para ahorrar literalmente tres gotas de gasolina pondremos nuestra vida y la de los demás en serio peligro. En punto neutro y en bajada, usaremos demasiado los frenos, con riesgo de sobrecalentamiento de los mismos, y el vehículo puede tomar demasiada velocidad debido a la inercia. Sin embargo, con una marcha puesta, el freno motor retendrá el vehículo e impedirá que se embale.
  • Apagar el aire acondicionado y abrir las ventanas. Es verdad que el aire acondicionado es probablemente uno de los sistemas auxiliares del vehículo que más energía gasta. Dicho esto, no hace falta apagarlo y abrir las ventanas para ahorrar combustible. Y es que en carretera, con las ventanas abiertas, el aire se mete en el coche, por lo que necesita más esfuerzo para avanzar y por ende más combustible para romper la resistencia al aire y alcanzar la velocidad que queremos. Ahorraremos por un lado para gastar por otro. Lo comido por lo servido. Por no hablar de las molestias que suponen el ruido y las bofetadas de aire que entran a esas velocidades. En realidad, más que apagar el aire acondicionado se trata de usarlo de forma adecuada.
  • Aditivos carburantes. Es algo que vuelve periódicamente y que existe desde hace décadas. Existen en el comercio aditivos que supuestamente mejoran el consumo (y algunos incluso darían más potencia). Algunas petroleras tienen también en sus surtidores carburantes, digamos premium, que mejorarían el consumo. Los líquidos adicionales que se venden para incrementar la duración del combustible que echamos en el depósito o los carburantes premium, sencillamente no mejoran el consumo. No solamente no ahorraremos gasolina sino que al final con el dichoso aditivo la habremos pagado más cara de lo que ya es.
  • Utilizar combutible de mayor octanaje no va a mejorar nuestro consumo, ni va a hacer que el motor funcione más o menos bien. Más octanaje no significa mejor calidad. Más octanaje implica una mayor resistencia a la autoignición para prevenir el “picado de biela”, fatal para el motor. Para que pudiese ocurrir ese fallo habría que usar en el caso de la gasolina, por ejemplo, un octanaje muy bajo, del orden de 80. Pero en Europa es actualmente imposible encontrar gasolina con un octanaje tan bajo. ¿Qué pasa si uso gasolina de 98 o 95? En la práctica, casi nada. Algunos fabricantes lo recomiendan en sus modelos de altas prestaciones porque en general es con esa gasolina que se obtienen los valores máximos de potencia. Pero funcionan igualmente de bien con gasolina de 95 que 98. Sí, con la de 95 puede que en lugar de dar 450 CV como con la de 98 “sólo” dé 443 CV. Como si se fuera a notar la diferencia.
  • Precalentar el motor no va a mejorar nuestro consumo, ni va a hacer que el motor funcione más o menos bien. Con motores de inyección, y más aún con motores de inyección electrónica, no tiene sentido precalentar el motor antes de salir. La mejor manera de calentar un motor moderno es circulando. Parado y en ralentí no se va a calentar tan deprisa como circulando y solo desperdiciaremos tiempo y gasolina. Se podrá objetar que para que un motor alcance su pleno rendimiento de forma segura ha de estar a buena temperatura. Cierto, pero no hace falta esperar unos minutos parados. Basta con no dar fuertes aceleraciones en los primeros minutos mientras circulamos para preservar la integridad del motor.
  • El lunes es más barato. En algunas gasolineras puede ser el caso que repostar el lunes sea más barato, pero en la mayoría de los casos hace años que ya no se nota una mejora en el precio del combustible un lunes con respecto al viernes anterior. Sí es cierto, sin embargo,  que las distribuidoras tienden a subir un poco los precios antes del fin de semana, especialmente si es un fin de semana largo o en periodo vacacional. En ese caso, si no vamos a usar el vehículo o vamos a circular poco antes del fin de semana, sí puede ser interesante repostar el lunes ante una previsible subida del precio.

7 mitos sobre el ahorro de combustible